domingo, junio 14

Geografía Sagrada 04 - Las 7 Direcciones del Espacio

Las 7 Direcciones del Espacio
 

"En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra. 2 La tierra no tenía entonces ninguna forma; todo era un mar profundo cubierto de oscuridad, y el espíritu de Dios se movía sobre las aguas..." Génesis 1,2

Los anteriores versículos de la Biblia son equivalentes a los textos sagrados babilónicos. En el mito babilónico las aguas cenagosas y dulces, Apsu, fueron mezcladas y removidas juntos las aguas profundas y saladas, Tiamat. Los escritores bíblicos dan una versión similar, aunque eliminando los nombres de los dioses babilónicos. Las Aguas Oscuras y Primordiales de las teogonías representan dos cosas, por un lado son aguas porque éstas se consideran origen de la vida, y por el otro son oscuras porque representan la no existencia previa a la manifestación. 

La Geografía Sagrada que estamos analizando en esta serie de artículos significa la posibilidad para los seres humanos de establecer un lazo entre el mundo terrestre y el mundo mítico cósmico. Hay una geo-grafía como resultado de una geo-metría, y no hay geometría sin matemáticas. Los números en su simbolismo, en su generación, representan el despliegue de la inteligencia y de las fuerzas que la acompañan y el movimiento de la conciencia. Precisamente, en la teogonía heliopolitana, el mito de la creación egipcio es una sucesión de estados y de números.

EL MITO DE LA CREACIÓN HELIOPOLITANO

Oculto en las Aguas Primordiales del Nun, yace Atum, como una serpiente invisible que se muerde la cola, o sea los ciclos del tiempo infinitos. "Atum" es un nombre curioso, porque en la gramática egipcia, dependiendo de donde se ubique la palabra significa "Nada" o bien "Todo", porque Atum, aunque oculto y sumergido en las aguas primordiales del origen y fin del mundo, posee las semillas de lo que será, del universo entero que aparecerá a partir de esas aguas. Es un estado que podríamos definir... como la Nada, la Inercia, la Quietud, el Vacío Pleno, su símbolo matemático es el 0.

En esas aguas quietas, inermes desde el punto de vista humano, de repente algo se agita, algo se remueve, y el tiempo comienza... y esto viene marcado por la aparición de Jepri, el escarabajo, cuyo jeroglífico significa "evolución", "movimiento", "tiempo"... y que "empuja" a Atum, hace que se mueva y que evolucione. El misterioso Atum, el Nada-Todo, pasa a ser Atum-Ra, el Sol en sus comienzos. Ra se representa con un jeroglífico que tiene la forma de una boca, el Verbo, la boca que emite las primeras palabras creadoras:
representa la Primera Unidad de la Creación de donde todo parte. Hemos pasado del 0 al 1.  

La creación ya ha comenzado, y ese uno deviene en dos: Shu y Tefnut. La Primera Pareja, el primer yin-yang diríamos usando términos chinos. Shu la sequedad, brillante y etérea, y Tefnut la humedad oscura. Esta pareja junto a Atum-Ra conforman la primera Triada, el número tres. 

El proceso se repite y la pareja Shu y Tefnut dan nacimiento a Nut y Geb, el cielo y la tierra. Aquí hemos llegado al número 4, los 4 elementos, porque Shu es el Fuego Etéreo, Tefnut el Agua o la humedad, Nut o el Aire, y Geb o la Tierra. 



La unión de Tierra y Cielo, Geb y Nut, generan los primeros dioses cercanos a los seres humanos, los cuatro dioses hermanos: Osiris, Isis, Seth y Nephtys y uno más: Horus el Mayor, el Horus celeste, que no hay que confundir con Horus el hijo de Osiris e Isis. Así llegamos al número cinco completando la serie desde el 0. Es el número de las estrellas que cubren el techo de los templos y que vuelan hacia lo sagrado, es el número que representa a los seres humanos que han despertado: el siguiente escalón de seres semidivinos. 


Como en otros pueblos las 4 direcciones del espacio eran fundamentales para la orientación, pero además, ya que hablamos de Geografía Sagrada, estas direcciones también se relacionan con conceptos celestes y con los propios dioses. De tal manera que los 4 dioses hijos del cielo y hermanos, Isis, Osiris, Seth y Nepthys, conforman un juego de luz y sombra, día y noche, seco y húmedo, o sea todas las polaridades intercaladas posibles. De esta manera, Osiris representa las aguas vivificantes del Nilo, mientras que Seth, su oponente y hermano al mismo tiempo, es el desierto seco y árido. Por otro lado, la parte siempre fértil de las orillas del Nilo representa a Isis, mientras que la franja adjunta hacia el desierto, que sólo en la inundación se humedece y luego se vuelve seca, es su hermana Nepthys, esposa de Seth. Isis es el lado brillante de la Luna, Nepthys su lado oscuro. Isis es el Este, diosa de los nacimientos, y Nepthys el poniente a donde se dirigen los muertos. 

Pero las aguas del Nilo no sólo se relacionan el Este y el Oeste, o la llegada a la vida y el paso sagrado de la muerte simbolizado en la puesta del sol, también las aguas del Nilo enlazan el Egipto del Sur y el Egipto del Norte, de nuevo la dualidad: el Egipto seco del sur y el Egipto húmedo del norte. 

Neith y Serkit

Neith es la diosa protectora del Norte húmedo, mientras que Serkit, la diosa escorpión es la protectora del seco Sur. Así las cuatro diosas, Isis, Nepthys, Neith y Serkit son las protectoras de las cuatro direcciones del espacio y de los vasos canópicos donde se custodian las vísceras sagradas del osirificado en la tumba.



Todas estas relaciones y otras muchas que no mencionamos, conforman un mundo vivo, donde nada es materia muerta, sino fuerzas mágicas que interactúan con todos los seres vivos. Pero para llegar a formar las conexiones necesarias entre las cosas también es necesaro conocer las relaciones geométricas y matemáticas, porque al fin y al cabo en eso consiste el espacio que habitamos.

Y la diosa de las Medidas, de las Matemáticas y de la Geografía Sagrada, no es otra que Seshat, la contra parte femenina de Thoth el dios de la Sabiduría. Siempre hay que contar con ella en el acto sagrado donde se constituye un nuevo lazo entre el cielo y la tierra, en el acto de asentamiento inaugural de un nuevo templo o pirámide. Seshat es la diosa que junto al faraón establece las medidas y las coordenadas que relacionan el espacio y el tiempo con el momento sagrado de los inicios. 

Seshat, anota y mide, sobre una rama de palmera, 
símbolo de los años infinitos que se repiten, y que está sostenida
por la pequeña rana Heket debajo, el renacimiento y vida,
y ambos, la rama y la rana, descansan sobre un anillo: el tiempo infinito

En la ceremonia de "extensión de la cuerda", el faraón auxiliado por Seshat mide el tiempo y lugar correcto para establecer el lugar sagrado. Esta ceremonia conectaba el meridiano celeste con la tierra:

Ceremonia de Extensión de la Cuerda

"Sostengo el cayado. Empuño el mango y sostengo la cuerda de medición junto a Seshat. Dirijo mi vista hacia el movimiento de las estrellas... Establezco las esquinas de mi templo..." (Inscripción en el templo de Edfu)


La diosa Seshat porta un curioso signo sobre la cabeza. Se trata de unos cuernos invertidos, su traducción es "uap pt", la "apertura del cielo", y debajo del mismo hay un tocado con 7 hojas. Cada una de ellas representa una dirección del espacio:

6 direcciones

La Séptima dirección es la que se dirige a la apertura del cielo, "uapt", la que conecta con otra dimensión, esa es precisamente la dirección interna o mística del espacio, la que conecta con lo Sagrado en el Universo y en el Hombre... El Mito de la Creación egipcio nos muestra numéricamente cómo se despliegan los seres, y la Geometría y Matemáticas Sagradas de la diosa Seshat nos enseñan el camino de retorno.